La pitiriasis rosada es una enfermedad de evolución aguda y autolimitada. Se caracteriza por la aparición de una lesión inicial, la placa heraldo, y el posterior desarrollo de lesiones eritematosas y descamativas generalizadas. La causa es desconocida pero se cree que se trata de una patología de origen infeccioso por la estacionalidad en que se presenta, la agrupación de casos y las características clínicas.
Es una enfermedad bastante frecuente en climas templados. Se ha sugerido una causa infecciosa. Hay algunos aspectos epidemiológicos que parecen apoyar este hecho: Los brotes suelen observarse durante los meses de primavera y otoño, se han descrito casos en familias o en convivientes, junto con las características clínicas de la enfermedad: su evolución autolimitada y la rareza de los segundos episodios, la lesión inicial típica y la posterior diseminación. Los microorganismos sospechosos implicados en la etiología son el virus herpes humano 6 y 7.
La enfermedad presenta unas características clínicas bien definidas, inicialmente se observa una lesión eritematosa ovalada, de mayor tamaño, con una fina descamación en la periferia, la denominada placa heraldo. Al cabo de algunos días (entre 5 y 15 días), aparecen lesiones eritematosas más pequeñas, con fina descamación, en el tronco y zona proximal de las extremidades. Algunos autores han comparado su distribución en árbol de Navidad a su distribución en la espalda, ya que siguen trayectos lineares paralelos. El cuadro clínico puede acompañarse de picor, de intensidad variable. No se observan síntomas generales asociados (fiebre, afectación del estado general). Característicamente van apareciendo nuevas lesiones durante varias semanas hasta que el cuadro clínico se estabiliza y al cabo de unas semanas empiezan a desaparecer sin dejar lesiones residuales. El cuadro dura aproximadamente entre 6 y 8 semanas.
El diagnóstico es clínico. La presencia de la placa heraldo, la posterior aparición de lesiones diseminadas y la autoresolución en 6-8 semanas son características.
No necesita tratamiento ya que es una enfermedad asintomática y autolimitada. Los casos que se acompañen de picor pueden beneficiarse de la prescripción de antihistamínicos orales, corticoides tópicos o radiación ultravioleta B.