La queratosis actínica, también conocida como queratosis solar o manchas solares (de color rosado), es una enfermedad de la piel en la que aparecen unas manchas o lesiones ásperas y escamosas en zonas que han recibido mucha radiación solar. Si no se tratan debidamente pueden llegar a convertirse en un tipo de cáncer de piel o carcinoma escamoso.
La queratosis actínica suele aparecer en personas con piel blanca, y generalmente a partir de los 50 años.
La principal causa de queratosis actínica se una exposición excesiva al sol y de forma prolongada.
Suelen aparecer en zonas expuestas: cara, áreas sin cabello o alopécicas del cuero cabelludo, orejas, labios, dorso de las manos, antebrazo, hombros, cuello y piernas
La mejor manera de prevenir la aparición de nuevas lesiones de queratosis solar es protegerse del sol, especialmente durante las horas en las cuales la luz solar es más intensa. Por eso, es recomendable que:
Utilizáis una crema de protección solar resistente al agua, de amplio espectro (UVA/UVB) y con un factor de protección alto (SPF30-50).
Aplicáis una cantidad equivalente a 2mg/cm2 (2 cucharadas soperas) de crema de protección solar por todo el cuerpo, 30 minutos antes de salir al exterior. Repetís la aplicación cada 2 horas o inmediatamente después de bañarse o de haber sudado excesivamente.
La mejor protección es la que proporciona la ropa, usáis sombrero o gorra y ojeras de solo que bloqueen los rayos UV.
Consultáis vuestro dermatólogo porque realice una exploración periódica de la piel, o bien si nota una peca o una nueva lesión, o un cambio en la forma, tamaño o color de alguna de sus pecas.
Limitar la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (solo o cabinas de bronceado) es la clave para una experiencia sana con el solo, y os ayudará a prevenir el riesgo de desarrollar cáncer de piel.