¿Qué es?

La ciclosporina es un fármaco inmunosupresor del grupo de los inhibidores de la calcineurina, de acción rápida y eficaz. Es un fármaco clásicamente utilizado para evitar el rechazo en individuos sometidos a trasplantes de órganos.

¿Cuándo se utiliza?

La ciclosporina se utiliza principalmente en el tratamiento de la psoriasis moderada-grave, especialmente en la fase de brote. También es útil para tratar la dermatitis atópica grave del adulto, el pioderma gangrenoso, la urticaria crónica y el liquen plano, entre otras.

¿Cómo se administra?

La ciclosporina se administra en cápsulas, que deben tragarse enteras. La dosis diaria a utilizar depende del peso de cada paciente, y se administra en dos dosis (mañana y noche). Se recomienda pautar la ciclosporina en ciclos cortos, interrumpiéndola una vez  se ha obtenido la mejoría del cuadro clínico. Dado que puede provocar rebotes importantes de la enfermedad al dejar el tratamiento, la interrupción debe ser progresiva, disminuyéndose dosificación  lentamente.

Efectos secundarios

La ciclosporina es un fármaco con potencial riesgo de afectación renal, que puede causar hipertensión y aumento de los lípidos (grasas) en la sangre. Por todo esto, se requieren controles de la presión arterial y análisis de sangre frecuentes. Otros posibles efectos secundarios son la hiperplasia gingival, temblor, dolor de cabeza, parestesias, trastornos gastrointestinales, hipertricosis y cansancio.

No se aconseja su uso en el embarazo ni en la lactancia.

Precauciones

 La ciclosporina está contraindicada en pacientes con insuficiencia renal y con hipertensión arterial no controlada. Algunos medicamentos  pueden interaccionar con la ciclosporina, aumentando los niveles (algunos antibióticos, antifúngicos, anticonceptivos orales), disminuyendo-los (anticonvulsionantes), o bien potenciando la nefrotoxicidad (algunos antibióticos, antiinflamatorios). Por esta razón deberá consultar a su dermatólogo la introducción de un nuevo medicamento.